Por uno de los canales de la televisión acaban de pasar la serie Spartacus, sangre y arena y han tenido el buen tino de concluirla justo cuando comienza la temporada de toros. El espectáculo debe continuar.
En algún sitio he leído que acusan a la serie de excesiva carga de sexo y violencia. Y, sin embargo, lo cierto es que retrata someramente la realidad del esclavo romano. Dice al respecto Theodor Mommsen que los esclavos negros que repoblaron América no llegaron a probar más que «un pequeño sorbo del amargo cáliz de lo que fue ser esclavo en Roma». Eran poco menos que animales. En ese sentido los gladiadores eran animales de lujo. Comían bien, dormían bajo techo, tenían atención médica y podían morir en la arena o ser indultados si mostraban trapío y el público estaba de humor. Como ahora los toros. Era su «fiesta nacional», aunque, como ahora nos ocurre a muchos, hubo quien no lograba ver en la sangre motivo de fiesta.
De hecho, los argumentos que entonces se esgrimían para acallar a los «antigladiaurinos» son los mismos que ahora esgrimen los defensores de la «fiesta». Una tradición de siglos, un mercado sólido y rentable, una compleja red de infraestructuras y, sobre todo, un público fiel y ruidoso. Por extraño que parezca, también entonces había intelectuales que defendían con pasión, como ahora Vargas Llosa o Sabina, la muerte en la arena. Ni el emperador Marco Aurelio pudo suprimir las corridas de gladiadores. Lo más que logró fue que lucharan con espadas mochadas, pero la novedad no gustó a los puristas y duró poco. Los que pedían la supresión de la fiesta eran acusados de tarugos y de antipatriotas, ¿les suena? Los siglos cambiaron las sensibilidades, y se suplieron los hombres por toros. El caso es que la fiesta de la sangre no decaiga.
Leer artículo en periódico Extremadura, AQUÍ
Amigo mio, no tengo por costumbre ver television por un sentido higienico basico, pero escuche hablar de esta serie y lamento haberme tenido que remitir a breves recortes vistos por internet para saber de que hablaban los demas.
Me parece maravillosos ver tan perfectos cuerpos a disposicion de sus señores, debe de ser que como buen crapula siempre me identifico con la mejor parte, en este caso con el amo en lugar de con la esclava, pero que se le va a hacer soy politicamente incorrecto!!!
Lo que te queria decir es que no es raro que intelectuales tengan distinta postura, de hecho es normal tenerla entre personas normales y ademas es normal respetarla, rebatirla incluso discutir, lo que es mas feo (y peligroso) es ridiculizar al contrario al estilo Chaves, pues corremos el riesgo de acabar enviando a Siberia a los que piensan distinto, al estilo de la Rusia Socialista o quemandolos en la hogera al estilo Inquisicion.
Respecto a la fiesta en si la verdad es que me da igual.
Un saludo.
Pues yo estoy de acuerdo en que te pronuncies contra la fiesta. Me parece que no hay discusión alguna, no merece respeto ni rebate. El matar, como simple espectáculo, no deberia ser una fiesta. Animales, personas… me parece algo feo. No es un tema de si estás de acuerdo o no, es un tema de respeto. Y de la falta de respeto(en este caso al animal) no se puede hacer una fiesta.
Muy buena entrada.
estimado Maestro de Feria: ponerse del lado "del amo que tiene a su disposición los cuerpos perfectos de otras personas" no es políticamente correcto, sino meramente decadente.
Respecto a la cuestión de "la fiesta nacional" yo soy más de la opinión de Kira: es cuestión de respeto hacia ciertos valores. Entiendo que somos animales y que en nuestra naturaleza está el matar para comer, pero concebir la muerte como espectáculo, a estas alturas, sencillamente me parece denigrante y nos coloca a distancia de ser los seres civilizados que algún día llegaremos a ser, si no metemos demasiado la pata antes.
Gracias por vuestros comentarios.