1.- Hamlet. Consejos que Polonio da a su hijo Laertes antes de partir de viaje:
* No propales tus pensamientos ni ejecutes nada inconveniente.
* Sé sencillo, pero en modo alguno vulgar.
* Los amigos que escojas y cuya adopción hayas puesto a prueba, sujétalos a tu alma con garfios de acero, pero no encallezcas tu mano con agasajos a todo camarada recién salido sin plumas del cascarón.
* Guárdate de entrar en pendencia; pero, una vez en ella, obra de modo que sea el contrario quien se guarde de ti.
* Presta a todos tu oído, pero a pocos tu voz.
* Oye las censuras de los demás, pero reserva tu juicio.
* Que tu vestido sea tan costoso como tu bolsa lo permita, pero sin afectación a la hechura; rico, mas no extravagante, porque el traje revela al sujeto.
* No pidas ni des prestado a nadie, pues el prestar hace perder a un tiempo el dinero y al amigo, y el tomar prestado embota el filo de la economía.
* Y sobre todo, esto: sé sincero contigo mismo, y de ello se seguirá, como la noche al día, que no puedas ser falso con nadie.
2.- Consejos que Don Quijote da a Sancho antes de partir para Barataria:
* Primeramente has de temer a Dios, porque en el temerle está la sabiduría, y siendo sabio no podrás errar en anda.
* Lo segundo, has de poner los ojos en quién eres, procurando conocerte a ti mismo, que es el más difícil conocimiento que puede imaginarse. Del conocerte saldrá el no hincharte como la rana que quiso igualarse con el buey.
* Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores, porque viendo que no te corres, ninguno se pondrá a correrte, y préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio.
* Si tomas por medio a la virtud y te aprecias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia a los que los tienen príncipes y señores; porque la sangre se hereda, y la virtud se adquiere, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.
* Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida con los ignorantes que presumen de agudos.
* No te ciegue la pasión propia en la causa ajena.
* Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre, pero no más justicia, que las informaciones del rico.
* Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia.
* Al que has de castigar con obras no trates mal con palabras
* En lo que toca a tu persona y casa, lo primero que te encargo es que seas limpio.
* No andes desceñido y flojo; que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmalazado.
* Toma con discreción el pulso a lo que pudiere valer tu oficio.
* No comas ajos ni cebollas, porque no saquen por el olor tu villanería.
* Anda despacio, habla con reposo; pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo, que toda afectación es mala.
* Come poco y cena más poco; que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.
* Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado, ni guarda secreto, ni cumple palabra.
* Ten en cuenta, Sancho, de no mascar a dos carrillos, ni de eructar delante de nadie.
* Sea moderado tu sueño; que el que no madruga con el sol no gaza del día; que la diligencia es madre de la buena ventura y la pereza, su contraria, jamás llegó al término que pide un buen deseo.