A partir del próximo domingo 8 de septiembre comienzan a publicarse en el diario HOY una serie de entrevistas firmadas por mí. Comienzo con Carlos Tristancho. Tiene interés porque explica, entre otras cosas, la situación actual de Rocamador, el por qué de su cierre, y ayuda a conocer mejor a este ilustre extremeño. Las entrevistas, por política del diario HOY, no se publicarán en este blog y sólo serán accesibles para quienes están suscritos al diario o lo compren físicamente. Yo, por mi parte, creo que el café sabe distinto delante de un periódico abierto. En cualquier caso, publico aquí un retrato al natural del entrevistado y que no saldrá publicado en el diario. Vaya una cosa por la otra.
Retrato al natural de Carlos Tristancho
Los que le conocen bien dicen que hipnotiza con las palabras, pero los que le conocen mejor aseguran que hipnotiza más con su corazón generoso. Es verdad que a Carlos Tristancho le gusta hablar y escucharse, se sabe maestro en el arte de la retórica y se recrea en ello, por eso apenas gesticula al hablar ni mueve las manos en el lance. No lo necesita. Solo te mira a los ojos, te clava su verbo certero como una daga y ya estás en su reino. Eso podría justificar por qué un hombre de su tamaño ha conquistado el corazón de tantas mujeres grandes. Definitivamente, le gustan las mujeres grandes. Los retos grandes. Los negocios grandes. La vida a lo grande. Cuando habla mantiene la cabeza erguida, los brazos cruzados en gesto retador, pero su tono es educado, conciliador y amable y se ríe dejando un rastro de ironía como quien se ha asomado al abismo y le ha tomado las medidas al infierno. Ha triunfado y ha caído varias veces y en varios ámbitos y eso debe dejar cicatrices en algún lado. Yo las busco pero él las oculta tras una risa repleta de jotas. Cómo lo consigue. Le pregunto si acaso es un hombre de fe y él responde que absolutamente. Creo total y en firme, me dice, pero sólo creo en mi madre.
La entrevista se publica en el diario HOY el domingo 8 de septiembre del 2013