RECETA PARA UN DIA DE NAVIDAD

Por la mañana, cinco churros y una poquita de leche.
Churro 1: el que se está haciendo con la política social, pobrecita: tan larga y penosamente conseguida
Churro 2: el que nos están metiendo con vaselina para ayudar a los bancos.
Churro 3: la suspensión de la ayuda a los parados y por nacimiento de un nuevo hijo.
Churro 4: seguir llamando socialismo a lo que en el resto del mundo se le llama, sin tapujos, capitalismo caníbal. 
Churro 5: la política del laicismo: hay quien cree que lo más moderno del mundo mundial es cerrar iglesias para abrir una mezquita. Qué equivocados estábamos los que pensábamos que el laicismo era separar la religión, cualquier religión, del Estado. Eso nos pasa por leer a Russell y a Ciorán en vez de escuchar la Cope y leer el BOE. Porque resulta que laicismo es abrirle las puertas del Tesoro del Estado a todas las religiones, supersticiones y fetichismos. Seguro que hasta la Iglesia de Tom Cruise y la de Kaká reciben más subvenciones que una concejalía de cultura.
Y, ¿qué hacemos los demás por mejorar el patio? Una poquita de leche.
A medio día, al rico pavo.
Tome usted un pavo cualquiera, sin escrúpulos y, preferiblemente, bien desplumado. Métalo durante una legislatura en un ayuntamiento y ya verá cómo le sale rico, rico.
Por la noche, algo ligerito.
Nueve de cada diez dentistas recomiendan irse a la cama con el estómago poco cargado, la cabeza expedita de problemas y la conciencia centrifugada. Son varias las cosas ligeras que se me ocurren para mascar antes de acostarse, pero sólo dejaré aquí las más jugosas y nutritivas, y rápidas.
1.- Tómese la opinión de un político y rúmiela durante unos minutos: por lo general son frases dichas a la ligera. Puede tomar cuantas le apetezca ya que al estar cocinadas sin grasa ni fundamento no engordan ni alimentan. Eso sí, es importante no tragarlas: se ha comprobado que producen lobotomías, pérdida de la alegría y delirios de grandeza. En caso de ingestión, llame a su médico de cabecera. Si no dispone de un teléfono no se preocupe: tome cualquier vomitivo o escuche los grandes éxitos de Alejandro Sanz.
2.- Cualquier concepto de Zapatero sobre la crisis: pero tiene usted que darse prisa, cambia tan ligero de parecer que es un plato que se enfría rapidísimo. Es lo que tienen los buñuelos de viento, que fríos no hay quien les meta el diente.
3.- Ahora bien, si usted es de los que tienen buen saque, inténtelo con un discurso de Rajoy. Allá usted. Este plato no es que sea ligero,  que lo es,  pero es que además es  un refrito  mil veces recalentado, que te  deja el estómago con sensación de vacío, y un runrún en las tripas que a mi me recuerda a las melodías de King África: poca letra, pero muy cargado de bombos.

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