CRUCES CON LAS QUE UNO CONVIVE, MUY A SU PESAR
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Qué cruz de gente que dice: No, si yo socialista soy como el que más, pero a la Cruz, al Papa, al Rey, a la Banca, que no me la toquen que me cago en los muertos de cualquiera. Chico, tú no eres socialista, tú lo que eres es un ansioso, ¿qué vas a dejar para la derecha?
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Qué cruz de este remordimiento que me produce desayunarme cada día con la llantina de los pobres bancos que este trimestre sólo han ganado seis mil millones de euros. Dan ganas de poner la voz de Matias Prat y decirles: iros al carajo a ver si reventáis (ese es mi sueño, y cada día el de más gente).
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Qué cruz de esos tipos que juegan a confundir al personal. Pienso, por ejemplo, en Sánchez Dragó y esa manía suya por ponerse en plan Hawkins a confesar en la vejez su afición por los agujeros negros asiáticos. Coño, decídete: o eres de ciencias o de letras, pero no nos líes.
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Qué cruz de no tener un fondo económico europeo que palie los estragos que causa la dislexia entre la clase política. Con un poquito de ayuda a lo mejor los pobres dejaban de confundir “progreso” con “darla con queso”. Algunos hasta creen que “demo-cracia” significa “demos-gracias-que-aún no nos pillaron”. Haga una prueba: cuando pase junto a un político dígale como quien no quiere la cosa «democracia«, verá como le suelta un “de nada”, y se queda tan fresco.
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Qué cruz de los que creen que renovar la enseñanza pública consiste en que cada año los libros de texto cambien de editorial.
Qué bueno, Florián. Sólo eso. Si me encuentro algún día a un político, que aquí en Madrid no sería difícil, hago la prueba. Lo juro XDD
Pues eso:
Ay, señor, qué cruz…
y como a mí me gusta decir:
"qué país!"