LOS MISTERIOS DEL NUGGETS




A mediados del siglo XVII, Jacobus Usserius, arzobispo de Armagh, se encerró en su despacho, pluma y tintero a un lado y las Sagradas Escrituras a otro, y se dispuso a aclarar los misterios del Universo. Basándose en el número de las generaciones registradas en el Génesis y de los anales romanos que tenía a su disposición echó cuentas y decidió que, hora arriba, hora abajo, Dios había creado el mundo un 24 de octubre de hace justamente seis mil años. Para ser exactos, al atardecer de un domingo del 4004 antes de Cristo. Y usando el mismo procedimiento le fue colocando fecha y hora al cumpleaños de Adán y Eva, a su expulsión del Paraíso o al instante exacto en que escampó tras el Diluvio. No era un loco. Era sólo un hombre de fe que creía ciegamente en la palabra escrita. Sobre todo si estaba escrita en la Biblia. Él mismo escribió sus conclusiones en un libro, Anales, que todavía hoy usan los creacionistas americanos para defender su idea de que Darwing era un chalado que no sabía lo que se decía.


Lo de Usserius viene a demostrar dos cosas mayormente: que se puede ser muy ilustrado, muy leído y muy arzobispo y decir tonterías como una catedral de grande. Y que, por mayúscula que sea la tontería que se te ocurra, siempre encontrarás alguien dispuesto a creerla. Y aumentarla. El primero que le sacó provecho a esto de contar la genealogía de los dioses y de los hombres fue Hesíodo en su Teogonía. Y de eso hace dos mil setecientos años. Desde entonces no hemos parado de camuflar nuestra ignorancia con libros y palabrería redicha. Le das apariencia vistosa a la ignorancia y por muy repugnante que sea parece que se digiere mejor. Como esos nuggetsque te venden en las hamburgueserías bajo la apetitosa apariencia de pequeños corazones de pechuga de pollo rebozados en harina. Ha bastado que la ciencia eche una detenida inspección sobre ellos para demostrar que son más falsos que los anales de Usserius. Son al pollo lo que la monarquía es a la democracia. O lo que el Tribunal de Estrasburgo es a la justicia. Es decir, parientes muy lejanos.

La jefa del comando Nafarroa, una tal Mercedes Galdós, con diecisiete muertos en su currículum, condenada a más de ochocientos años de prisión, sale a la calle habiendo cumplido diecinueve de condena gracias a las reducciones a las que tiene derecho. Hasta ahí bien. Lo triste es que estas reducciones no las obtiene tras haber dedicado los años de condena a tareas humanitarias o en beneficio de la comunidad. Las obtiene por haber estudiado pedagogía, aprendido mecanografía, recibido clases de aeróbic y jugado al fútbol sala. Y todo ello a cargo del Estado. Y todavía habrá quien diga que estudiar en España no sirve para nada. La justicia es como los misterios del universo de Usserius: sólo les salen las cuentas a los que prefieren leer en los libros antes que en el corazón de los hombres. Normal que a muchos la sentencia de Estrasburgo les sepa a nuggets de pollo.

Publicado en el diario HOY el sábado 26 de octubre del 2013

2 thoughts on “LOS MISTERIOS DEL NUGGETS

  1. La sentencia de Estrasburgo que anula la doctrina Parot, no puede entenderse si no distinguimos entre los términos Justicia y Derecho. La Justicia es un concepto abstracto, indefinido, y subjetivo, de manera que cada uno tiene una idea del mismo. En cambio el Derecho, que no tiene nada que ver con la Justicia, es el conjunto de normas que regulan nuestra convivencia, y hay un principio básico del Derecho que establece que la norma NUNCA puede aplicarse con retroactividad, salvo que beneficie al condenado. Lo único que ha hecho el Tribunal de Estrasburgo es respetar este principio, como no podía ser de otra manera. Y que conste que si por mi fuera, que estos canallas se pudran en la cárcel.

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