ESA CLASE DE DEMOCRACIA

Querido Diario, en la clase de hoy la señorita nos ha hablado sobre la democracia, que está muy bien porque no es, como creía Dieguito, una forma pija de ser agradecidos, que entonces, como le dije yo, se llamaría Demosgracias. La democracia, por decirlo en resumido, es como nuestra escuela. Entre todos elegimos al delegado de curso, al jefe de estudio y al tonto de la clase, aunque muchas veces, como suele ser el mismo, en vez de representante le llamamos El Lubricante, por venir tres en uno. Mi padre dice que en el gobierno pasa lo mismo, pero al revés: en cada cargo te encuentras tres tontos chupando, a lo que responde mi abuela que para tonto él, que a ver para qué se deja chupar nada
.
A todo esto, Lolita, que es muy interrogativa, levantó el dedo y preguntó que si en una democracia se puede elegir al rey y a la reina, y resulta que no, que eso no se puede. Pues vaya pufo de democracia, soltó Lolita. Y la señorita la miró como los tertulianos de Intereconomía miran al Gran Wyoming.  Pero ella, que es muy suya y le da todo igual, volvió a levantar el dedo y preguntó que si al menos a los políticos los podía elegir la gente, y resulta que eso tampoco se puede, que los partidos políticos son como los huevos kínder, que una vez que eliges uno tienes que conformarte con lo que lleve dentro. ¿Y las leyes? Te las dan hechas. ¿La Constitución? Esa ni tocarla. ¿Entonces, qué hace el pueblo? Elegir cada cuatro años un huevo kínder, dijo Lolita. Y la señorita la castigó sin recreo, por contestona.
Luego se pasó toda la tarde refunfuñando, pero qué quería, como si no supiéramos ya cómo se las gastan los adultos cuando les pillas a malas. La otra noche, por poner un ejemplo, estábamos en casa viendo el telediario, cuando mi madre gritó “aquí no hay más que chorizos” y yo le dije: “pues me pido uno con un par de huevos”, y me castigaron a mi cuarto, sin cenar. Que ahí me di cuenta yo que la mejor hora para sonsacarles a unos padres un par de huevos o lo que sea es antes del telediario, que después de las noticias se les queda un humor que ni el Mourinho ese.
Luego Lolita me dijo que eso es porque los adultos cuando dicen chorizo con un par de huevos en realidad están hablando de un dictador, y que a eso le llaman metáfora. Mi amigo Dieguito, que en su casa son de La Razón y saben mucho de eso, dice que no, que un dictador es un tipo en uniforme, que siempre quiere llevar la razón y con superpoderes para saltarse la ley a la torera. Mi padre dice que para eso basta con ser alto cargo del PP en Madrid y que encima te ahorras el uniforme.

Al final la clase se hizo un poco larga y la gente no se callaba, así que la señorita se puso muy seria y nos dijo que si a alguno aún le parecía que la democracia es un pufo que se fuera al África y que ya vería lo que es tragar sapos. Lolita dice que lo de los sapos es metáfora, que lo que nos vino a decir es que demos gracias por vivir como vivimos y que para lo brutos que somos pocas hostias nos llevamos. Es decir, Demosgracias. Lo que yo venía diciendo desde un principio.
publicado en el diario HOY el sábado 21 de junio del 2014

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