Diálogo entre Piteas y Aristeo |
PITEAS: No parece que regresaras muy contento de tu primer día de colegio.
ARISTEO: No es colegio sino Universidad, Y sí, la verdad es que traigo la cabeza como un bombo. Historia, Religión, Política, Filosofía y no sé cuántas otras cosas. Demasiadas asignaturas. La mitad no sé ni para qué sirven.
PITEAS: Pues todas sirven para lo mismo.
ARISTEO: ¿Para nada?
PITEAS: Al contrario. Tal y como yo lo veo, la Nada es un desierto, y tus asignaturas – es decir, el conocimiento-, son el freno que evita que el desierto se meta en tu casa y te coma por los pies.
ARISTEO: Lo que tú digas. La cuestión es que no sé si voy a tener estómago para tanta materia.
PITIAS: Es que no son tantas materias: son solo una materia abordada desde distintos ángulos. Imagina un grupo de salvajes en mitad de un desierto. No saben cuánto tiempo llevan caminando, ni quién los puso ahí, ni a dónde se dirigen.
ARISTEO: ¿Y qué sentido tiene colocar a un puñado de salvajes en un desierto?
PITEAS: Esa es la cuestión. Nadie lo sabe. Y, menos que nadie, ellos mismos. Hasta donde les alcanza la memoria la vida transcurrió siempre de este modo. Desierto, penuria y muerte. Imagínatelos a merced del sol y de los alacranes, resignados a su suerte. De pronto, dan con un oasis, con su pozo, sus árboles, sus frutos, su paz y sus pájaros. Y lo más grande, el verdadero prodigio, es que en mitad de este oasis hay un edificio enorme, acondicionado a las mil maravillas para que vivan nuestros personajes sin demasiadas estrecheces. Como puedes suponer, los hombres se instalan y al cabo de unos pocos de años no existe un solo rincón donde no haya familia humana asentada. Ya no son nómadas ni temen a las fieras, cultivan la tierra y pastorean animales, es decir, inventan una civilización. No tardarán en fabricar ingeniosos aparatos, en descubrir algunos de los grandes misterios del oasis, pero, sin embargo, la gran incógnita sigue sin resolverse: quién levantó el edificio, por qué y para qué. Pues bien, todo el esfuerzo de las generaciones, todo eso que hemos dado en llamar cultura humana, desde el principio hasta el tiempo presente, no es sino un buscar respuestas a esas preguntas. Dependiendo de cómo se formule la pregunta o cuál sea la respuesta que se crea haber hallado estaremos ante una u otra rama del saber:
Religión es una teoría convertida en dogma por la cual unos pocos tratan de convencer a los muchos de que el Edificio carece de importancia, que no es más que una ficción, una especie de prueba a la que nos somete un Ser muy semejante al Gran Hermano, que todo lo vigila, que todo lo sabe, pero infinitamente aburrido, cuya mayor ocupación es observar el comportamiento de estos pobres desgraciados y premiarles o castigarles en un Juicio Sumarísimo según su comportamiento durante la estancia en la Casa. El castigo para los expulsados es horrible y hay mucha jurisprudencia al respecto; sobre el premio apenas ha trascendido nada, aunque hay quien asegura que consiste en cantar aleluyas por toda la eternidad.
Ateísmo es una teoría convertida en dogma por la cual se afirma que la casa se hizo sola, que ni hay arquitecto ni falta que le hace. Es otra forma de religión, solo que a Dios le llaman Nada, a los ojos Fe y a la punta de los dedos Razón.
Agnosticismo es la opinión de los que no pueden dar crédito a unas teorías ni a otras. Eso no significa que no les interese el misterio; lo que no les interesan son las respuestas de conveniencia. Como no saben, no contestan.
Poesía es esa actividad humana que busca las respuestas al misterio por medio de la intuición.
Filosofía es la que busca las respuestas por medio de la razón y de la intuición.
La Ciencia las busca a través del estudio, es decir, por la suma de la razón, la intuición más la demostración.
Historia, así llaman los hombres al baúl donde guardan la memoria de sus fracasos.
Política, es el modo en que el grupo organiza su modo de vivir con el objetivo de que el Desierto no conquiste de nuevo la casa. Hasta la presente sólo dio mediocres resultados.