Una vez sabido que el maestro shaolín de Bilbao es un asesino de catálogo, más tópico que un fular en el Primavera Sound, son muchos los que aseguran que de maestro tenía poquito, de monje menos y de shaolín nada. Incluso hay quienes sospechan que ni siquiera es de Bilbao. La Federación Española de Kárate no le reconoce el título de campeón de España, ni el Shaolin Temple Spain admite contarle entre sus maestros. No me extrañaría que sus contrincantes demostraran que los videos que colgaba en youtube tienen más retoques que la cadera del rey y que pegaba como una niña. Donde sí hay coincidencia es en lo de que estaba más colgado que los guantes de Poli Díaz . A toro pasado somos todos muy sagaces, todos sabíamos que los de Milli Vanilli cantaban en playback y que la tesis de Urdangarin la escribía un negro.
Lo cierto es que este hombre no solo no se escondía sino que hacía ostentación de sus títulos, salía en la tele, le entrevistaban en programas de audiencia, publicaba aquí y allá consejos sobre cómo alcanzar la paz espiritual previo pago de cómodas cuotas a su cuenta bancaria, y al parecer nadie dijo nunca nada, ni le denunció la Federación ni le desacreditó la escuela Shaolin.
Cómo vas a desconfiar de un tipo que se hace llamar Huan Contreras . Le bastaba una manifiesta megalomanía, prescindir del sentido del ridículo, ponerse una túnica naranja, raparse la cabeza y hablar como el maestro Yoda . Y le iba muy bien.
Está demostrado que en España con esos mimbres te labras un porvenir. Y no solo en la tele. Hay quien con menos ha llegado a director general de la Guardia Civil. Aquí lo que no se perdona es que hayas estudiado y que además se te note. Así no te admiten ni en el Gran Hermano.