Barruntar, una de espionaje en modo lexicografía

 

Imaginemos la escena. Un caballero armado de hierro hasta los calcañares se bate en duelo con un enemigo no menos aherrojado que él. Después de varias embestidas, nuestro héroe atraviesa con la espada a su enemigo, y, este, con su último aliento le ruega que le diga quién es el que así de fieramente pelea. Nuestro hombre se levanta la visera y dice: Díaz, Rui Díaz, barrunta del rey.

Barrunta se llamó durante los primeros siglos del castellano a los agentes secretos, es decir, a “aquellos homes que andan con los enemigos e saben su fecho dellos”. Corominas llama la atención sobre “la circunstancia de que a menudo es femenino, aun designando a un varón, lo mismo que escucha, espía, guarda, centinela. Esto revela que propiamente fue usado en un principio para designar la “acción de espiar” o “la noticia que trae el espía”.

En el texto La fazienda de Ultra Mar, de Almerich, escrito en 1200, encontramos a un hombre que al ser acusado de haber venido “ha barruntar la tierra”, esto es, a espiar, se defiende diciendo:  «Non, sennor, mas tos siervos somos, todos fijos de un omne leal e non somos barruntes». Sin embargo, en 1526, el poeta Garcilaso de la Vega, ya usa el término en un sentido distinto:

mas ¿qué haré?, qu’el alma ya barrunta
que quiero renovar en la memoria
la herida mortal d’aguda punta,
y póneme delante aquella gloria
pasada y la presente desventura
para espantarme de la horrible historia.

En tiempos de Covarrubias, 1611, el barrunte como agente secreto ya era una acepción obsoleta, suplida por la voz “espía”, de origen gótico, como tantos otros términos bélicos.

El barruntar del sepulturero

Sin embargo, en 1786, Terreros afirma que en jerga de gitanos sigue significando espía. Barruntar es una palabra que se sospecha de origen vasco, esto es, que nos ha acompañado desde tiempo inmemorial, antes de la llegada de griegos, romanos y, por supuesto, musulmanes. Viene en Nebrija, en Covarrubias y, desde 1726, en todas las ediciones de la RAE. Desde 1791, la RAE lo hace sinónimo de “noticia”. Así, barruntar, desde 1770 hasta nuestros días, se define como prever o conjeturar por alguna señal o indicio. Pero durante muchas ediciones- hasta 2001- se le hacía sinónimo de “penetración o transcendencia”.

Tal vez sea esta transcendencia, ligada a la vida del más allá, lo que llevaría a Terreros a registrar en su diccionario la voz “barrunta” como: “en Valladolid, lo mismo que sepulturero”. Y no solo lo dice Terreros. En 1853, Domínguez dice que barrunta es “el nombre vulgar del sepulturero” ¿se había trasladado el sentido vallisoletano al resto de España? Podría pensarse así si vemos que varios diccionarios extraacadémicos recogen esta acepción. Sin embargo, la Academia no lo registra hasta el Histórico de 1936, donde admite sepulturero como segunda acepción.

 

Barrunte     Quizá del vasco ant. barrunti ‘interioridad’, der. de barru[n] ‘dentro, interior’. espía
Barruntar                   Prever, conjeturar o presentir algo por alguna señal o indicio.
Barrunto                  Indicio, notica
Palabras relacionadas    barrunto, barrunte, barruntar, sepulturero, noticia, espía
Espía             Del gót. *spaíha, acechar, atisbar, ver a lo lejos. Da espía en español y portugués, spia en italiano, espión en francés, spion en alemán, spy en inglés. 
ROSA CHACELDesde el amanecer. Autobiografía de mis primeros diez años, 1972 ¿Por qué se le cuenta ese cuento a una niña de cinco años? ¿Qué es lo que puede entender? A esta pregunta se puede contestar con otra pregunta: ¿Qué es entender? ¿Se puede llorar de piedad, se puede barruntar lo inexorable del sino en algo que no se entiende?

 Puedes escuchar este episodio de Te tomo la palabra (en Gente Corriente de Canal Extremadurapinchando aquí.

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