Un espejo es algo muy serio |
Es un ojo desde el que te miras |
Yo pensaba estas cosas ayer mismo, en la mesa de un café. No muy lejos, una mujer celebraba con tristeza su cincuenta cumpleaños junto a una amiga. Escuché de la asfixia de recorrer a solas la habitación vacía de los hijos ausentes. De sentir como un insulto excluyente el lenguaje carnal de los anuncios de perfumes. Del tiempo, ese cabrón que no ha cumplido lo que prometió.
Era la conversación de un buque en retirada. Pero un buque aún hermoso, estupendo. Sólo que ella no podía verlo. Se miraba en el cristal del espejo equivocado. Con los ojos de la niña que fue y no con los de esa imponente mujer en que la había convertido el tiempo. Yo habría querido decirle, sopla las velas, muchacha, y vive, y sonríe, que la felicidad es un sorbo del zumo que se obtiene exprimiendo el presente. Y eso no lo enseñan los espejos.